El día de San Jorge conmemora la muerte del soldado mártir Jorge, el 23 de abril de 303. Además, es el santo patrón de países como Bulgaria, Etiopía, Georgia, Inglaterra y, antiguamente, Portugal. En España lo es de la comunidad autónoma de Aragón, así como de las poblaciones de Cáceres (provincia de Cáceres), Alcoy y Bañeres (Alicante), Golosalvo, Madrigueras (estas dos últimas en la provincia de Albacete), Lucena (Córdoba) y Santurce (Vizcaya). En Golosalvo se erige una escultura dedicada al patrón obra de Francisco Salzillo. En Argentina, es patrono de la ciudad de Pichanal (Salta). También es el patrón universal de los Scouts, inspirado en que este santo era el patrón de la caballería en Inglaterra.
En 1995 la Unesco proclamó, a través de la Resolución .18 aprobada por la Conferencia General en su 28.ª reunión, el 23 de abril como Día Mundial del Libro Sin embargo, esta celebración nada tiene que ver con San Jorge: Se trata de un día simbólico para la literatura mundial, ya que ese día, en 1616, fallecieron: Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega.
En Montblanch —el nombre cambia de acuerdo con cada región— había un dragón que atacaba el reino. Muertos de miedo, los habitantes decidieron entregarle cada día dos corderos al dragón para apaciguar su hambre y que no atacase la ciudad. Pero cuando los animales empezaron a escasear decidieron enviar a una persona —escogida por sorteo— y un cordero. Aquella familia que sufría la pérdida de uno de sus miembros devorado por el dragón recibía, en compensación, todo tipo de riquezas.
A partir de aquí hay dos versiones de la leyenda: por un lado, el pueblo se cansó de que ningún miembro de la familia real fuera enviado y que, por lo tanto, debía ser la princesa quien fuera la siguiente en ser devorada. La otra versión relata que un día fue la princesa la escogida por sorteo para acompañar al cordero. Sea como sea, en la cueva, la princesa vio aparecer al caballero Jorge, quien mató al dragón clavándole su espada y la salvó. De la sangre que brotó del cuerpo sin vida del monstruo nació un hermoso rosal rojo, del cual Jorge extrajo una rosa que entregó a la princesa.
El rey ofreció a Jorge riquezas inimaginables, pero el caballero prefirió que se repartieran entre los habitantes del reino. Además, en una iglesia construida en su nombre[¿dónde?], se cuenta que brotaba un agua milagrosa capaz de curar a los enfermos.
En Cataluña en el Día de San Jorge (en catalán "Diada de Sant Jordi") es tradicional el intercambio de rosas y libros entre parejas y personas queridas en esa fecha, convirtiéndose en una de las jornadas populares más celebradas. La idea original fue del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, proponiéndola a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona.
Pastel del día de San Jorge.
La costumbre de que el hombre regale una rosa a la mujer se remonta al siglo XV. Algunas versiones hacen coincidir esto con la Feria de las rosas que tenía lugar en Barcelona en aquella época. A las mujeres que el 23 de abril asistían a la misa oficiada en la capilla de Sant Jordi del Palacio de la Generalidad de Cataluña se les regalaba una rosa. Esta tradición se documenta también en el siglo XVII. [cita requerida] En la actualidad, la rosa roja (que simboliza la pasión) suele ir acompañada de la señera y una espiga de trigo (símbolo de la fertilidad). Es un obsequio entre las parejas, pero se efectúa también entre todos los seres queridos (familiares, amigos, colegas).
La costumbre de regalar un libro proviene del Real Decreto aprobado por Alfonso XIII en 1926 que declaraba el 7 de octubre la Fiesta del Libro Español. Dicha iniciativa fue, a su vez, impulsada por el mencionado escritor valenciano residente en Barcelona Vicente Clavel Andrés.5 En 1929, durante la Exposición Internacional de Barcelona, las librerías colocaron puestos en las calles, con tal éxito que se decidió cambiar la fecha del Día del Libro al 23 de abril,7 instaurándose en 1930, finalmente, el día 23 de abril como Día del Libro en Cataluña.589
El Día de San Jorge (Diada de Sant Jordi en catalán) tiene un aspecto reivindicativo de la cultura catalana y muchos balcones lucen la bandera catalana. En toda Cataluña se venden rosas y libros, llegando a su máxima expresión en las Ramblas de Barcelona, donde a los puestos habituales se añaden otros para la ocasión. En las últimas décadas se promueve también mucho la venta de libros con firmas de los autores y un descuento en el precio de venta, ya que el 23 de abril es oficialmente, desde 1929, el día del libro por ser el día (de 1616) en que murieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare (en rigor, ninguno de los dos murió este día: Cervantes murió el 22 y fue enterrado el 23; Shakespeare murió en la fecha indicada pero del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano). Normalmente también se realizan actividades en las bibliotecas y conciertos en las calles, que se añaden a la agenda cultural de la Ciudad Condal.
A pesar de su amplia celebración a lo largo y ancho de todo el territorio catalán, se trata de un día laborable, lo que hace de esta tradición, una tradición con mucha relevancia en Cataluña.
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